Quien no vió Sevilla, no vió maravilla.

Nacido en el macareno Hospital de las Cinco Llagas, criado en el Barrio del Tiro de Línea y vecino del Cerro del Águila; fiel amante de Sevilla y sus tradiciones. "Cofrade" por vocación, "Feriante" por adicción, "Rociero" por devoción y "Bético" por convicción.

sábado, 17 de octubre de 2009

La Cuadrilla de "Los ratones"

Era el Domingo de Ramos de 1945. Llovió. La Amargura se quedó sin salir. El capataz Rafael Franco le apuntó el jornal a su cuadrilla y los mandó a su casa. Los citó el Lunes en la Vera Cruz. Y sacaron la Vera Cruz. Y el Martes sacaron La Candelaria. Y el Miércoles, Los Panaderos. Y cuando acababa de entrar el palio de la Virgen de Regla, Rafael citó a la cuadrilla para el día siguiente, a las 9 de la mañana, en San Pedro. A las 9 de la mañana de un Jueves Santo. Y el costalero Manuel Torralbo, Triana pura, se atrevió a decirle:
—Rafael, ¿a las 9 de la mañana? ¿Es que vamos a "barre" las calles quiza?

-Rafael calló, en realidad,  iban a sacar a La Amargura, que como no había podido salir el Domingo, lo hacía en la mañana del Jueves Santo, en aquella Semana Santa tan víva y vivída, tan poco reglamentada. Pero sólo cuando, rotos y muertos de sueño, los peones ya estuvieron en San Pedro, les dijo Franco que iban a sacar La Amargura. La pasearon por la mañana antigua de mantillas. Entraron sobre las 4 de la tarde. Y Rafael les dijo:
—Pues ahora nos vamos a Montesión.
—¿Sin almorzar ni ná?
—Ya os darán allí un bocadillo.

Y sacaron Montesión. Y entraron el palio del Rosario a la 1 de la madrugada del Viernes. Y les dijo el capataz:

—Ea, ahora nos vamos para el Gran Poder. Y cuidaíto con lo que se habla, que a nadie se le ocurra decir que ustedes eran los de esta mañana en La Amargura.

Y sacaron El Gran Poder. Y una vez dentro el palio de Mayor Dolor y Traspaso, se echaron a dormir por los portales, porque a las 4 tenían que sacar La Carretería, donde Rafael igualaba a sus Ratones de palio en el barco, para que saliera mejor por aquella puerta. Cuando entró La Carretería, la misma cuadrilla de Rafael Franco había sacado cuatro cofradías en menos de 40 horas. ¡Y sin relevos ni costaleros de refresco!

¿Cómo podía obrarse aquel milagro? Gracias a unos artistas así de chiquetitos, que tenía Rafael Franco de peones: La cuadrilla de "Los Ratones". Los costaleros de palio de más baja estatura que nunca hubo. Así trabajaban con tanta gracia y casta. Cómo sería de bajita, que cuando le pidió trabajo a Franco, (tras la muerte de Angelillo), Romerito "El Figura", que iba en la última de palio en la cuadrilla del de la Puerta Osario, lo igualó en la primera de Los Ratones. Y a "El Boli", que iba en la última con Ariza, también lo igualó en esa primera trabajadera de ensueño, con Manolín Barroso, con Juan Cruz, con Valentín Murcia y con Eduardo Vargas, a quien algunos proclaman verdadero creador de la voz de «Al Cielo con Ella».

En esa cuadrilla de seda y sándalo, en esos míticos "Ratones", iba igualado el arte de Manuel Torralbo Rodríguez, costalero de Triana en la Gloria. De costero celestial. Le gustaba llevar el faldón recogido, para que se viera que iba trabajando de verdad, sin aliviarse. Como todos aquellos grandes artistas. Como ese último palo de leyenda, con Antoñito, Vinagre y Barrera. Como todo el cuadrante que aún recuerdan los tinglados del muelle y las saetas de los balcones: Castillo, Boza, Cuenca, Pavía, Gracia, León, Manzano, Vega, Trigo, Acosta, Oliva, Domínguez, Reyes, Ojeda, Silva, Albarrán, El Loco...

Rafael Franco, con su terno negro y su señorío, se nos fué hace ya el tiempo que proclama un azulejo con su nombre en la esquina del Palquillo. El único capataz que durante cuatro Madrugadas sacó al mismo tiempo el Gran Poder y la Macarena. Por la rampa de la salida de una capilla, los peones de Los Ratones, la mejor cuadrilla de palio que nunca hubo, se nos fueron yendo, uno tras otro, de la corrida de la vida.

Uno de los últimos ratones en dejarnos ha sido Manuel Torralbo. Aquellos alados pies con alpargatas hacía ya años que no podían andar. Aquella cintura que acariciaba el bamboleo de las caídas de palio, paso sus últimos años en una silla de ruedas. Hasta el cielo quiero que le llegue hoy a Torralbo, el homenaje del recuerdo a tanta perfección en el trabajo. Yo sé que cuando Torralbo iba con su silla de ruedas, desde los martillos del cielo escuchaba la voz de terno negro de su capataz Rafael Franco Rojas, diciendo:
—¡Que no se vea subir!

Torralbo, la vieja casta del costalero trianero de la cuadrilla de Los Ratones, falleció el pasado mes de Marzo.
¡Óle ahí la gente güena y con vergüenza!.
Ahí queó...esa peaso chicotá.
Descansen en paz.

5 comentarios:

  1. El Silencioso de Abad19 de octubre de 2009, 21:28

    No cabe la menor duda que eres el mejor. Vaya arte que tienes, "mi arma". Ya esta más próxima la salida, haber si nos llegamos antes los dos y hacemos la primera chicota al colmao. Ave pecata mundi.

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  2. Aun hay un Reyes de costalero por Sevilla

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  3. yo soy hijo de hiruelo de la cuadrilla delos ratones apodado el gallo de parques y gardines ytambien fui profesional desde 1973 asta que las sacaron los hermanos aya por1979

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  4. Ola buenas noches soy el hijo del Pavía me traía cambiar fotos

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  5. Buenas tardes
    Soy nieto de un costalero de la cuadrilla de los ratones, mi abuelo era patero y le llamaban El Corneta

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