Las personas que me conocen saben
la pasión que siento por la ciudad que me vio nacer, me encanta Sevilla, adoro
Sevilla, amo a mi ciudad. Sus calles, sus plazas, sus gentes, su cielo azul, no
tienen parangón con otros lugares, sin desmerecer por supuesto, a nadie. Pero… mi ciudad tiene algunas que otras cositas que ensucian su bella imagen. La ralea y ranciedad de ciertos sectores mayoritarios que componen el
mundillo cofrade en la ciudad, es un tema que detesto profundamente.
Cada año por el mes de Noviembre,
cuando en las calles de Sevilla se escenifica y se recitan los versos del
Tenorio, el Consejo General de cofradías de Sevilla, celebra la designación del
pregonero de nuestra Semana Santa. Siempre me ha gustado que el candidato a
pregonero, a poder ser, pertenezca al sector de la comunicación, de la escritura
o de la oratoria, que posea una cierta experiencia y que por supuesto ame a
nuestra ciudad y su Semana Santa. Existen verdaderas quinielas dentro del
consejo, con candidatos propuestos que en teoría deben tener un perfil de vida cristiana católica y modélica, en su esencia más estrictas y habitualmente suelen ser personas muy cercanas a la Junta de
San Gregorio, mientras que de puertas para fuera, la inmensa mayoría del pueblo
sevillano tiene sus propios candidatos, que año tras año, se caen de bruces
como un castillo de naipes, ante la ineptitud del Consejo.
Este es el caso de Don Pascual
González o de Don Víctor García Rayo, candidatos incansables que el pueblo de
Sevilla demanda y que ansía verlos, más pronto que tarde, delante del atril del
Maestranza, pero que en el caso del de la calle Oriente, le pesa en exceso su
pasado juglar izquierdoso de “hippie” con pelos largos del “polígono”, algo
fuera de lugar para tan rancia institución y en el caso del segundo: su falta de
sintonía con algunos miembros del consejo; hacen que otro año más, por culpa de estos
lumbreras “pseudocofrades” de San Gregorio, Sevilla deje escapar la posibilidad de
escuchar un pregón, como Dios manda, en su versión más sevillana, castiza y
cofrade y de nuevo optará por meternos con calzador otro estilo de pregón o de "sermón" mucho más oscuro, ambiguo y espiritual.
El consejo este año ha designado
a Don Francisco Berjano, hermano mayor de la Hdad. de Vera-Cruz y también hermano
de La Paz y el Baratillo. Persona que fue la artífice de que el Santo Lignum
Crucis de Vera- Cruz, procesionára aquella tarde lluviosa de Lunes Santo a
la Santa Iglesia Catedral y que tantas críticas recibiera por los cofrades sevillanos más rancios. En mi opinión este señor ha quedado desacreditado como pregonero, ya que el
pasado año creyó que su predecesor en el Maestranza, Francisco Javier Segura,
no era merecedor de que sus hermanos de Vera-Cruz asistiesen al teatro a escucharlo
y devolvió las localidades. Desconozco si este año la Vera-Cruz volverá a
devolver las entradas del pregón?...
Lamento pensar que su designación
se deba a compromisos o a la vinculación que mantiene con distintos miembros
del consejo o quizá que se haya visto afectada por un baculazo encima de la mesa del Sr. Bourrelier, por parte del Señor
Arzobispo, ya que se dice, se cuenta y se rumorea por los mentideros cofrades que el pregón del Señor Segura, no fue muy del gusto de Palacio, espero y deseo equivocarme.
De todas formas, como buen sevillano que me considero, le deseo de corazón al Señor
Berjano toda la suerte del mundo para el día 6 de Abril y espero que su pregón
sea del gusto del pueblo de Sevilla.
Pascual, miarma !!! habrá que esperar...
Pascual, miarma !!! habrá que esperar...
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